Introducción
La reconfiguración del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha generado un nuevo escenario geopolítico y económico en América del Norte. Los recientes comentarios de Donald Trump sobre una posible renegociación del acuerdo han sacudido las estructuras comerciales trilaterales, dejando a Canadá en una situación vulnerable y posicionando a México como un actor estratégico clave. Este artículo analiza a fondo las implicaciones económicas, los movimientos diplomáticos y las oportunidades de negocio que surgen de este nuevo contexto.
El T-MEC: Pilar del comercio norteamericano
El T-MEC, implementado en 2020 como reemplazo del TLCAN, es un acuerdo de libre comercio que regula más de 1.2 billones de dólares en intercambios comerciales anuales entre México, Estados Unidos y Canadá. Este acuerdo moderniza aspectos clave como el comercio digital, normas laborales y medioambientales, y la protección de inversiones.
Por ejemplo, gracias al T-MEC, México se ha consolidado como el principal socio comercial de Estados Unidos en 2023, superando a China y Canadá. El sector automotriz mexicano, en particular, ha sido uno de los mayores beneficiarios, representando más del 25% de las exportaciones a EE.UU.
En síntesis, el T-MEC no solo regula el comercio, sino que también define la estrategia económica regional. Cualquier alteración en su estructura tiene profundas implicaciones para los tres países.
Trump y la incertidumbre sobre el T-MEC
Las recientes declaraciones de Donald Trump, sugiriendo que podría renegociar o incluso abandonar el T-MEC si regresa a la presidencia, han generado incertidumbre en los mercados. Esta postura contrasta con el hecho de que su administración fue responsable del diseño del propio tratado.
En 2018, Trump utilizó una estrategia de “máxima presión” para renegociar el TLCAN, logrando concesiones importantes en sectores como el automotriz y la propiedad intelectual. Su nuevo enfoque podría buscar términos aún más ventajosos para Estados Unidos, especialmente en lo relacionado con China y la relocalización de cadenas de suministro.
Este tipo de declaraciones elevan el riesgo geopolítico y afectan la toma de decisiones empresariales, especialmente para compañías que operan en cadenas trilaterales.
Canadá: Entre la presión política y la vulnerabilidad comercial
Canadá se encuentra en una posición delicada. Mientras Estados Unidos y México han logrado acuerdos bilaterales temporales para evitar aranceles, Canadá ha quedado expuesto a barreras comerciales. Esto ha generado presiones internas, especialmente por parte del Partido Conservador liderado por Pierre Poilievre.
La imposición de aranceles ha afectado sectores clave como el acero y aluminio, generando preocupaciones sobre la pérdida de empleos. Según la Cámara de Comercio de Canadá, más de 30,000 empleos están en riesgo si persisten las restricciones comerciales unilaterales de Estados Unidos.
Esta situación obliga a Canadá a buscar nuevas estrategias de negociación, incluyendo una alianza más estrecha con México como contrapeso frente a Washington.
México: Oportunidad estratégica en la región
México ha respondido con inteligencia diplomática. La reunión entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el primer ministro canadiense Mark Carney representa un paso importante para consolidar alianzas económicas. La prórroga de 90 días sin aranceles negociada con EE.UU. confirma la habilidad negociadora del país.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ha iniciado conversaciones con Canadá para coordinar posiciones rumbo a la revisión del T-MEC en 2026. Esta proactividad posiciona a México como un interlocutor confiable y deseable para ambos socios.
Con una economía abierta, una ubicación estratégica y un marco legal sólido, México puede convertirse en el centro logístico y manufacturero más importante de América del Norte.
La revisión del T-MEC en 2026: ¿riesgo o oportunidad?
El T-MEC establece una cláusula de revisión cada seis años, siendo 2026 la primera gran oportunidad para revaluar su funcionamiento. Esta revisión permite a los países proponer cambios o incluso retirarse del acuerdo con seis meses de preaviso.
Empresas de sectores sensibles como farmacéutica, automotriz y agrícola ya están ajustando sus estrategias ante la posible inestabilidad. Según Deloitte, más del 60% de las compañías con operaciones en Norteamérica han comenzado análisis de escenarios para la revisión del tratado.
Este proceso representa tanto un riesgo como una oportunidad: el riesgo de perder certidumbre jurídica, pero también la oportunidad de fortalecer y modernizar aún más las reglas del juego comercial.
Impacto en las cadenas de suministro regionales
Las cadenas de suministro en América del Norte están profundamente integradas, especialmente en sectores como automotriz, tecnología y alimentos. El T-MEC ha sido clave para permitir esta interdependencia logística.
Un ejemplo claro es la industria automotriz, donde un solo vehículo puede cruzar la frontera entre México, EE.UU. y Canadá hasta ocho veces antes de ser completado. La incertidumbre sobre el tratado puede obligar a las empresas a replantear su estrategia de manufactura.
En este contexto, México emerge como el país mejor posicionado para atraer inversiones de relocalización (nearshoring), convirtiéndose en un nodo crítico en las redes de producción regionales.
Nearshoring: Ventaja competitiva de México
El fenómeno del nearshoring ha cobrado fuerza desde la pandemia y las tensiones comerciales entre EE.UU. y China. México ha sido uno de los principales beneficiarios, gracias a su cercanía geográfica, tratados comerciales y mano de obra calificada.
Empresas como Tesla, BMW y Foxconn han anunciado inversiones multimillonarias en territorio mexicano para establecer nuevas plantas de producción. Según datos de Banxico, la inversión extranjera directa aumentó un 20% en el primer trimestre de 2024, gran parte relacionada con relocalización industrial.
La estabilidad del T-MEC es un factor clave para seguir atrayendo estas inversiones. Por eso, México debe liderar activamente las negociaciones de 2026 para proteger sus intereses.
Perspectivas para el comercio bilateral México-Canadá
La búsqueda de Canadá por diversificar sus alianzas comerciales ha abierto una ventana para fortalecer los lazos con México. Actualmente, el comercio bilateral entre ambos países supera los 40 mil millones de dólares anuales, con amplias oportunidades de expansión.
Sectores como energía limpia, tecnología agrícola y manufactura avanzada presentan potencial de crecimiento. Además, las similitudes en valores ambientales y laborales entre Canadá y México pueden facilitar acuerdos sectoriales.
Este acercamiento puede traducirse en una mayor cooperación empresarial, reducción de dependencia de EE.UU. y creación de nuevas cadenas de valor regionales.
Riesgos para empresas norteamericanas ante cambios en el T-MEC
Las empresas de Estados Unidos y Canadá enfrentan riesgos importantes ante una posible renegociación del T-MEC o su debilitamiento. La principal amenaza es la interrupción de las cadenas de suministro y la pérdida de acceso preferencial a mercados clave.
Un informe de McKinsey señala que más del 70% de las empresas norteamericanas dependen de algún componente o servicio proveniente de México. Cualquier ruptura en este sistema afectaría márgenes de ganancia, tiempos de entrega y competitividad global.
Las compañías deben comenzar a implementar planes de contingencia, diversificar proveedores y fortalecer relaciones con socios mexicanos.
Oportunidades para empresarios e inversionistas mexicanos
Este nuevo entorno comercial presenta oportunidades únicas para empresarios mexicanos. La necesidad de Canadá de establecer relaciones más sólidas con México puede traducirse en mayores flujos de inversión, proyectos conjuntos y acceso a nuevos mercados.
Adicionalmente, la revisión del T-MEC en 2026 ofrece un espacio para que el sector privado participe activamente en la definición de reglas comerciales que favorezcan la innovación, sostenibilidad y competitividad.
Ahora es el momento ideal para que las empresas mexicanas fortalezcan su presencia en América del Norte y diversifiquen su portafolio de relaciones comerciales.
Conclusión: Redefinición del poder económico en América del Norte
La dinámica actual del T-MEC está transformando el equilibrio económico en la región. Mientras Canadá enfrenta presiones internas y Donald Trump amenaza con renegociaciones, México se posiciona como el socio más estable y estratégico. Esta coyuntura redefine el mapa de negocios de América del Norte.
Para empresarios, inversionistas y decisores políticos, el mensaje es claro: anticiparse a los cambios, fortalecer alianzas y aprovechar las oportunidades es clave para prosperar en el nuevo orden económico regional.
Es momento de actuar, de planificar con visión de largo plazo y de asegurar que los intereses de México estén bien representados en la revisión del T-MEC que se avecina.




