Introducción
Durante octubre de 2025, el mercado cambiario entre el peso mexicano y el dólar estadounidense ha sido testigo de una dinámica particularmente volátil, influenciada por factores macroeconómicos globales, tensiones políticas y expectativas monetarias. En este análisis, se examinan las causas detrás de la apreciación del peso frente al dólar en varias jornadas consecutivas, así como las proyecciones hacia el cierre del año. Este artículo proporciona una visión detallada de los elementos que están moldeando esta tendencia, lo que ofrece una guía relevante para empresas, inversionistas y analistas financieros.
El comportamiento reciente del tipo de cambio
El tipo de cambio peso-dólar ha mostrado una apreciación del peso en jornadas consecutivas. El 17 de octubre de 2025, el dólar se cotizaba en 18.45 pesos, una ligera variación frente a los 18.44 del día anterior. En el transcurso de la semana, el peso acumuló una ganancia del 0.7%. Esta tendencia refleja un entorno volátil, pero con señales de fortaleza relativa de la moneda mexicana.
Un caso destacado fue el cierre del 16 de octubre, cuando el peso se apreció 0.05%, cerrando en 18.42 unidades por dólar. Estos movimientos han sido impulsados por factores tanto internos como externos, incluyendo decisiones de política monetaria, inflación y expectativas electorales.
En resumen, el peso ha mostrado resiliencia frente al dólar, fortalecida por condiciones externas como una inflación controlada en EE.UU. y decisiones cautelosas de la Reserva Federal.
Factores macroeconómicos que influyen en la tendencia
La inflación en Estados Unidos, uno de los principales determinantes del tipo de cambio, se ubicó en 2.7% anual en septiembre, por debajo del consenso de 2.8%. Este dato ha reforzado las expectativas de una política monetaria más flexible por parte de la Reserva Federal, lo que ha debilitado al dólar y fortalecido al peso.
Las actas de la Fed revelaron una división entre los miembros del comité, donde algunos expresaron preocupación por el mercado laboral, mientras que otros priorizaron la estabilidad inflacionaria. Esto ha generado incertidumbre sobre la dirección de la política monetaria estadounidense, creando espacio para que monedas emergentes como el peso mexicano se beneficien.
Estos elementos han contribuido a una percepción de estabilidad en la moneda mexicana, pese a los desafíos fiscales internos y la volatilidad global.
El rol del Banco de México (Banxico)
Banxico ha mantenido una postura prudente frente al entorno económico, con expectativas de continuar recortando su tasa de interés de fondeo. Esta medida busca estimular el crecimiento económico sin comprometer la estabilidad del tipo de cambio.
Además, Banxico proyecta que el dólar cerrará el año dentro de un rango de 20.24 a 20.69 pesos. Esta previsión sugiere que la actual apreciación del peso podría revertirse en el mediano plazo, sobre todo si surgen presiones fiscales o se deteriora el entorno externo.
La política monetaria de Banxico ha sido clave en mantener la confianza de los inversionistas, reduciendo la volatilidad cambiaria y apoyando el valor del peso en el corto plazo.
Impacto de la política monetaria estadounidense
La Reserva Federal ha adoptado una postura más moderada, lo que ha tenido consecuencias directas en los mercados emergentes. Al reducir la probabilidad de incrementos agresivos en las tasas de interés, se ha debilitado el dólar y fortalecido monedas como el peso mexicano.
En el tercer trimestre, el dólar tuvo una recuperación leve, atribuida al tono moderado del presidente de la Fed, Jerome Powell. Sin embargo, la tendencia de fondo sigue siendo de debilidad, lo que ha permitido que el peso gane terreno.
Este entorno ha generado oportunidades para economías emergentes que mantienen disciplina fiscal y monetaria, como México, al ofrecer rendimientos relativamente atractivos.
Perspectiva fiscal de México
El Fondo Monetario Internacional advirtió que México podría registrar su mayor déficit fiscal en dos décadas. Este dato ha generado inquietud en los mercados sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas mexicanas.
A pesar de ello, el peso ha mostrado resiliencia, lo que indica que los inversionistas valoran otros factores como la estabilidad monetaria, la baja inflación y el crecimiento sostenido en sectores clave.
Una gestión fiscal responsable será crucial para mantener la confianza de los mercados y evitar presiones adicionales sobre el tipo de cambio en los próximos meses.
Inflación en México y su efecto cambiario
En septiembre, la inflación en México se ubicó en 3.76% anual, ligeramente por debajo de lo esperado. Esta cifra le da margen a Banxico para continuar con su política de recorte de tasas sin afectar la estabilidad del peso.
Una inflación controlada permite mantener el poder adquisitivo y la competitividad de la moneda en los mercados internacionales. Además, reduce la necesidad de intervenciones agresivas en política monetaria.
Este contexto ha favorecido la apreciación del peso, al transmitir confianza tanto a consumidores como a inversionistas.
Volatilidad electoral y demanda de dólares
En vísperas de las elecciones legislativas, la demanda de dólares ha aumentado significativamente. Este comportamiento responde a una memoria institucional que busca protegerse ante posibles cambios en la política económica tras los comicios.
Sin embargo, el peso ha logrado mantener su fortaleza, gracias a fundamentos sólidos y expectativas de continuidad en la política económica. Esta estabilidad contribuye a reducir la incertidumbre y estabilizar los flujos de capital.
El resultado electoral será determinante para confirmar o modificar la tendencia actual del tipo de cambio.
Contexto internacional: América Latina y mercados globales
Durante el trimestre, México, junto con Paraguay y Colombia, se ubicó entre los países con mejor desempeño económico en América Latina. Esta dinámica regional fortalece la percepción de estabilidad y crecimiento en el país.
A nivel global, el dólar ha mostrado debilidad ante la preferencia por divisas de refugio como el yen japonés y el franco suizo, en medio de tensiones comerciales y riesgo bancario en EE.UU.
Esta coyuntura ha sido aprovechada por economías emergentes para mejorar su posición en el mercado cambiario, como es el caso del peso mexicano.
Expectativas para el cierre de 2025
El consenso de analistas estima que el peso podría debilitarse hacia finales de año, con un tipo de cambio promedio entre 20.24 y 20.69 por dólar. Esto se debe a posibles deterioros fiscales, volatilidad política y ajustes en la política monetaria global.
No obstante, si Banxico mantiene su enfoque prudente y la inflación continúa controlada, se podrían mitigar los impactos negativos y mantener la estabilidad cambiaria.
Las decisiones en los próximos meses serán clave para definir el rumbo del peso frente al dólar en el mediano plazo.
Estrategias corporativas ante la volatilidad cambiaria
Las empresas mexicanas han adoptado estrategias de cobertura cambiaria y diversificación de ingresos para mitigar la exposición al riesgo cambiario. El uso de instrumentos financieros como forwards, swaps y opciones ha ganado relevancia.
Un ejemplo es el sector exportador, que ha aprovechado la fortaleza del peso para reducir costos en insumos importados y mejorar su competitividad. Empresas como Bimbo y Gruma han reportado beneficios en sus márgenes operativos gracias a una gestión eficiente del riesgo cambiario.
La proactividad en la gestión financiera es esencial para enfrentar un entorno económico incierto.
Oportunidades para inversionistas
La apreciación del peso abre oportunidades para inversionistas extranjeros interesados en activos denominados en moneda local. Bonos gubernamentales, Certificados de la Tesorería (Cetes) y acciones de empresas locales se han vuelto más atractivos.
Además, la baja inflación y una política monetaria estable ofrecen un entorno favorable para las inversiones de mediano y largo plazo. Fondos de inversión y ETFs que replican el mercado mexicano han mostrado entradas de capital en semanas recientes.
La clave será identificar sectores con fundamentos sólidos y capacidad de adaptación al entorno macroeconómico.
Conclusión
El comportamiento reciente del peso mexicano frente al dólar refleja una combinación de factores internos favorables y un entorno externo que ha debilitado al billete verde. La política monetaria de Banxico, una inflación controlada y una economía relativamente sólida han permitido que el peso se mantenga fuerte en un periodo de incertidumbre global.
Hacia el cierre del año, será fundamental monitorear los desarrollos fiscales, las decisiones de la Reserva Federal y el resultado de los procesos electorales en ambos países. Empresas e inversionistas deben prepararse con estrategias adaptativas que les permitan aprovechar las oportunidades y mitigar los riesgos cambiarios.




