Crisis de empleo formal en México: causas, consecuencias y oportunidades en 2025

Crisis de empleo formal en México: causas, consecuencias y oportunidades en 2025. Descubre por qué se perdieron más de 45 mil empleos y cómo enfrentarlo estratégicamente.

Introducción

El mercado laboral formal en México ha mostrado señales preocupantes en los últimos meses, con una pérdida neta significativa de empleos que refleja tanto desafíos estructurales como coyunturales. En mayo de 2025, la economía mexicana eliminó más de 45,000 empleos formales, acumulando una pérdida superior a 93,000 plazas en dos meses consecutivos. Esta tendencia no solo afecta a trabajadores y empresas, sino que también genera implicaciones económicas a nivel regional y nacional. Este artículo ofrece un análisis detallado de las causas, consecuencias y oportunidades que emergen en este entorno desafiante.

Crecimiento económico débil y sus efectos en el empleo

El crecimiento económico de México se desaceleró notablemente en el primer trimestre de 2025, con un avance de apenas 0.2% trimestral. La contracción de la industria (-0.3%) y el estancamiento del sector servicios son señales claras de un entorno económico frágil. Históricamente, cada punto porcentual de crecimiento del PIB generaba alrededor de 200,000 empleos formales al año. Sin embargo, esta correlación se ha debilitado por factores como baja inversión, inflación y cambios en la demanda global.

Un caso ilustrativo es el sector manufacturero, uno de los principales motores de empleo en el país, que registró una pérdida anual de 175,000 empleos. Esta caída responde a una combinación de menor demanda externa, automatización y tensiones comerciales con Estados Unidos. La débil expansión económica limita la creación de empleo y genera incertidumbre entre inversionistas y empresarios.

En resumen, el escaso crecimiento económico actual no es suficiente para absorber la fuerza laboral disponible, lo que agrava el desempleo formal y obliga a muchos trabajadores a migrar hacia la informalidad.

Inflación y pérdida del poder adquisitivo

La inflación en México alcanzó una tasa anualizada de 4.22% en mayo de 2025, superando el rango objetivo del Banco de México (3% ±1%). Este fenómeno erosiona el poder adquisitivo de los hogares y encarece los costos operativos de las empresas. La subida de precios afecta tanto el consumo interno como las decisiones de inversión de las compañías, que se tornan más cautelosas ante un entorno incierto.

Un ejemplo evidente es el alza en alimentos y servicios básicos, lo que ha impactado directamente en el gasto de los hogares. Al mismo tiempo, los empresarios enfrentan mayores costos en insumos y salarios, reduciendo su margen de maniobra para contratar nuevo personal. Aunque el salario diario promedio aumentó 7.6% anual hasta alcanzar $629.9, este incremento no compensa la pérdida real del poder adquisitivo debido a la inflación acumulada.

En conclusión, la inflación persistente no solo debilita el consumo y la inversión, sino que también presiona al mercado laboral formal, haciendo aún más difícil la recuperación del empleo perdido.

Estacionalidad y el rol del sector agropecuario

La pérdida de empleos en mayo de 2025, aunque en parte explicable por factores estacionales, fue significativamente mayor que el promedio histórico. Mientras que entre 2015 y 2019 se perdían alrededor de 28,000 empleos en mayo, este año la cifra alcanzó los 45,624. El sector agropecuario fue responsable de aproximadamente el 80% de esta pérdida, reflejando no solo su estacionalidad natural, sino también problemas estructurales.

La reducción programática de subsidios gubernamentales y una menor demanda externa de productos agrícolas han golpeado con fuerza al campo mexicano. Agricultores de estados como Oaxaca y Chiapas reportan recortes en programas de apoyo y dificultades para exportar, lo que ha derivado en despidos masivos de trabajadores eventuales.

En síntesis, la estacionalidad ya no es el único factor detrás de las fluctuaciones en el empleo agrícola. Las políticas públicas y las condiciones del mercado internacional también están contribuyendo a una mayor inestabilidad en este sector clave.

Transformación sectorial y divergencia económica

La economía mexicana está experimentando una reconfiguración sectorial profunda. Mientras algunos sectores muestran dinamismo, otros enfrentan una contracción prolongada. Por ejemplo, el comercio creció 2.8%, el transporte 1.4% y la generación de electricidad 1.8%. En contraste, la manufactura y la construcción registraron retrocesos significativos, con caídas de 175,000 y 47,000 empleos respectivamente.

Este fenómeno refleja transformaciones tecnológicas como la automatización y el nearshoring selectivo, que beneficia solo a ciertas regiones y subsectores. Un caso relevante es el crecimiento del comercio electrónico, que ha generado empleos en logística y transporte, a costa de posiciones tradicionales en manufactura. Empresas como Mercado Libre y Amazon han expandido sus operaciones logísticas en el país, creando nuevas oportunidades laborales.

La economía bifurcada que se observa actualmente requiere políticas diferenciadas que impulsen los sectores en declive y fortalezcan los que muestran crecimiento sostenido.

Informalidad laboral como válvula de escape

La informalidad sigue siendo un componente dominante del mercado laboral mexicano, con una tasa de 54.3%. Si bien este fenómeno amortigua el desempleo abierto (actualmente en 2.5%), perpetúa bajos ingresos y falta de protección social. El ingreso promedio en la informalidad es de $7,595 mensuales, casi la mitad del promedio en el empleo formal.

Programas como “México te abraza” buscan incorporar temporalmente a trabajadores informales en esquemas de seguridad social, especialmente durante ciclos bajos del empleo formal. Sin embargo, estos programas aún tienen alcance limitado y no abordan las causas estructurales del problema, como la baja productividad y la falta de incentivos fiscales para la formalización.

La informalidad, aunque funcional en el corto plazo, representa un serio obstáculo para el desarrollo económico sostenible y la recaudación fiscal del país.

Desigualdad regional en la generación de empleo

La destrucción de empleo formal no afecta de manera uniforme al territorio mexicano. Mientras estados como Hidalgo (+3.9%), Estado de México (+3.5%) y Colima (+2.8%) muestran crecimiento, regiones del sur como Campeche (-9.1%) y Tabasco (-7.1%) enfrentan caídas pronunciadas en el empleo.

Entre los factores que explican esta disparidad destacan la infraestructura logística, la presencia industrial y las políticas públicas locales. Por ejemplo, Hidalgo ha implementado programas como “Mi Primer Empleo” que vinculan a jóvenes con empresas locales, mejorando su inserción laboral. En cambio, estados altamente dependientes de PEMEX como Tabasco han sufrido recortes tras la caída en la inversión pública.

La solución a esta desigualdad pasa por estrategias regionales diferenciadas que fomenten la inversión privada y fortalezcan las capacidades productivas locales.

El papel del nearshoring en la reconfiguración del empleo

El fenómeno del nearshoring ha traído nuevas oportunidades para México, al atraer inversiones de empresas que buscan relocalizar sus cadenas de suministro cerca de Estados Unidos. Sin embargo, sus beneficios se concentran en regiones específicas con infraestructura adecuada y talento calificado.

Empresas del sector automotriz y electrónico han expandido operaciones en estados como Nuevo León y Coahuila, generando empleos bien remunerados. No obstante, otras regiones quedan excluidas de esta dinámica por falta de conectividad, seguridad jurídica o capital humano.

Para maximizar el impacto del nearshoring, es clave invertir en infraestructura logística, educación técnica y políticas públicas que faciliten la instalación de nuevas plantas en zonas menos desarrolladas.

Paradojas salariales y estancamiento de la productividad

El incremento del salario base promedio a $629.9 diarios (+7.6% anual) contrasta con un estancamiento en la productividad laboral, que ha crecido apenas 0.8% anual desde 2010. Esta divergencia plantea desafíos importantes para la competitividad del país.

Si los salarios suben sin mejoras en productividad, las empresas enfrentan mayores costos sin una contrapartida en eficiencia, lo que puede derivar en inflación o pérdida de empleos. Este fenómeno es especialmente preocupante en sectores como la construcción, donde la productividad ha caído en paralelo al empleo.

La única solución sostenible es impulsar la capacitación laboral y la adopción tecnológica para que los aumentos salariales se traduzcan en mayor valor agregado y no en presiones inflacionarias.

Oportunidades sectoriales a pesar del entorno adverso

A pesar del contexto complicado, algunos sectores muestran potencial de crecimiento. El comercio electrónico, las energías renovables y la logística son áreas que han ganado dinamismo y generado empleo.

Por ejemplo, la industria solar y eólica ha atraído inversiones significativas en regiones como Oaxaca y Baja California, creando empleos técnicos y administrativos. Asimismo, el aumento del consumo digital ha impulsado la demanda de operadores logísticos, desarrolladores web y personal de atención al cliente.

Fomentar estos sectores mediante incentivos fiscales, capacitación técnica y simplificación regulatoria puede acelerar la transformación económica y generar empleo de calidad.

Recomendaciones para empresas en un entorno laboral incierto

Las empresas deben adaptarse a la nueva realidad del mercado laboral mediante estrategias de diversificación geográfica, automatización inteligente y formación continua. Invertir en tecnología permite aumentar la productividad y reducir costos operativos sin recurrir a despidos masivos.

Además, establecer alianzas público-privadas para capacitar talento local puede facilitar la expansión hacia regiones con menores costos laborales y alta disponibilidad de mano de obra. Un ejemplo exitoso es la colaboración entre universidades técnicas y cámaras empresariales en el Bajío, que ha mejorado la empleabilidad de jóvenes en sectores industriales.

La resiliencia empresarial dependerá de su capacidad para innovar, formar talento y adaptarse rápidamente a los cambios macroeconómicos.

Conclusión

La destrucción de empleo formal en México durante mayo de 2025 es una señal de alerta sobre las debilidades estructurales del mercado laboral. Sin embargo, también abre una ventana de oportunidad para rediseñar políticas públicas, fortalecer sectores emergentes y fomentar una economía más inclusiva y resiliente. Empresas, trabajadores y gobiernos deben actuar de manera coordinada para superar los retos actuales y construir un futuro laboral más sólido. La clave está en transformar la adversidad en una oportunidad de innovación, inversión y crecimiento sostenible.

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