Depreciación del peso mexicano en 2025: causas, impacto y perspectivas

Depreciación del peso mexicano en 2025: causas, impacto y perspectivas. En octubre el peso retrocedió 1.45%. Analizamos los factores detrás del fenómeno y sus implicaciones en el mercado.

Introducción

Durante octubre de 2025, el peso mexicano experimentó una depreciación del 1.45%, lo cual marcó un cambio relevante en la tendencia positiva que había mantenido a lo largo del año. A pesar de una apreciación acumulada del 11.52% en lo que va del año, este retroceso ha captado la atención de analistas financieros, inversionistas y responsables de políticas económicas. El presente análisis aborda los factores que explican esta depreciación, desde elementos estructurales hasta causas coyunturales, y busca ofrecer una visión integral sobre el comportamiento del tipo de cambio en México.

Factores Globales que Impactan el Tipo de Cambio

El entorno internacional es uno de los principales determinantes del valor de las monedas en mercados emergentes. En el caso del peso mexicano, el conflicto comercial entre Estados Unidos y China resurgió en octubre de 2025, lo que elevó la aversión al riesgo y fomentó la búsqueda de activos refugio como el dólar estadounidense. Este fenómeno presiona a las monedas emergentes, generando salidas de capital y, por ende, depreciaciones.

Un ejemplo concreto es el fortalecimiento del índice DXY, que mide el valor del dólar frente a una cesta de monedas extranjeras, el cual subió un 2.3% en octubre. Esto afectó directamente al peso, induciendo presiones bajistas. La correlación negativa entre el DXY y el peso mexicano es una constante en periodos de incertidumbre global.

En resumen, la depreciación del peso no puede analizarse aisladamente del contexto global. Eventos geopolíticos y movimientos del dólar tienen efectos directos en las economías emergentes, especialmente aquellas con alta exposición comercial y financiera como México.

Política Monetaria de la Reserva Federal

Las decisiones y declaraciones de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) tienen repercusiones inmediatas en los mercados financieros globales. En octubre, el presidente de la Fed, Jerome Powell, señaló que no se preveían recortes de tasas en el corto plazo, lo cual fortaleció al dólar frente a otras monedas, incluido el peso mexicano. Estas afirmaciones redujeron las expectativas de una política monetaria más laxa en EE. UU., lo que incrementó el atractivo del dólar para los inversionistas.

Históricamente, cuando la Fed adopta una postura restrictiva, las monedas emergentes tienden a debilitarse debido a la salida de capitales hacia activos denominados en dólares. En 2018, por ejemplo, una serie de aumentos en las tasas provocó salidas de capital de mercados como México, Turquía y Argentina.

La conclusión es clara: mientras la Fed mantenga tasas altas, el peso mexicano enfrentará presiones bajistas, a menos que factores internos compensen este efecto externo.

Incertidumbre Política en Estados Unidos

La situación política interna en Estados Unidos también tuvo un papel relevante en la depreciación del peso. En octubre, se generó incertidumbre respecto a un posible cierre del gobierno federal, lo cual elevó la percepción de riesgo a nivel global. Aunque el riesgo directo para México era bajo, la percepción de inestabilidad en la economía más grande del mundo impactó negativamente en los activos de mercados emergentes.

El índice VIX, que mide la volatilidad esperada en los mercados financieros, aumentó un 18% durante ese mes, lo que refleja un incremento en la percepción de riesgo. Este tipo de condiciones suele provocar una reconfiguración de portafolios, reduciendo la exposición a monedas como el peso mexicano.

Los eventos políticos en potencias globales afectan indirectamente a economías emergentes. Para México, cuya economía está altamente vinculada a EE. UU., estos factores no pueden ser ignorados a la hora de analizar movimientos del tipo de cambio.

Fortaleza del Dólar y su Efecto Regional

La apreciación del dólar frente a una canasta de monedas ha sido una constante en 2025, y octubre no fue la excepción. Esta tendencia responde tanto a fundamentos económicos como a decisiones de política monetaria. En América Latina, varias monedas sufrieron depreciaciones durante el mismo periodo. El real brasileño retrocedió 2.1%, el peso colombiano 1.9% y el sol peruano 1.3%.

El fortalecimiento del dólar encarece las importaciones y aumenta el costo del servicio de deuda externa en los países emergentes, generando presión fiscal y desequilibrios macroeconómicos. En el caso mexicano, este efecto se traduce en mayores requerimientos de financiamiento para cubrir obligaciones denominadas en dólares.

La fortaleza del dólar es un factor estructural que debe ser monitoreado constantemente. Su impacto se extiende más allá del tipo de cambio, afectando también la balanza de pagos y las cuentas fiscales.

Diferenciales de Tasa e Inflación

Uno de los fundamentos más relevantes en la determinación del tipo de cambio es el diferencial de tasas de interés e inflación entre países. En octubre, la tasa de interés nominal en México era del 11.25%, mientras que en Estados Unidos se situaba en 5.5%. Aunque el diferencial parece amplio, la expectativa de inflación en México limita su efectividad como incentivo para atraer capitales.

Este fenómeno, conocido como “paridad no cubierta de tasas de interés”, sugiere que, si se espera que el peso se deprecie, el mayor rendimiento en México no compensa el riesgo cambiario. En este contexto, los inversionistas prefieren activos en dólares, lo que reduce la demanda por pesos.

Comprender los diferenciales de tasas e inflación es clave para anticipar movimientos en el tipo de cambio. Una política monetaria restrictiva no siempre garantiza estabilidad cambiaria si no viene acompañada de credibilidad y bajas expectativas inflacionarias.

Percepción de Riesgo País

La percepción de riesgo país es otro componente determinante en la cotización de la moneda. Factores como la gobernabilidad, la seguridad jurídica y la estabilidad macroeconómica influyen en las decisiones de inversión extranjera. En octubre de 2025, agencias de calificación como Moody’s y Fitch mantuvieron su perspectiva para México en “estable”, pero advirtieron sobre presiones fiscales crecientes.

Un caso similar se dio en Argentina en 2019, cuando un deterioro en la confianza institucional provocó una fuerte salida de capitales y una depreciación del peso argentino de más del 50% en pocos meses. Aunque la situación en México es distinta, las advertencias sobre el riesgo fiscal generan preocupaciones similares.

La percepción de riesgo país actúa como termómetro de confianza. Una buena reputación internacional puede respaldar a la moneda incluso en contextos adversos.

Déficit Fiscal y Sostenibilidad Financiera

El déficit fiscal mexicano ha sido una preocupación constante en los últimos años. En 2025, se estima que el déficit primario alcanzará el 3.2% del PIB, impulsado por mayores gastos en programas sociales y menor recaudación fiscal. Este desequilibrio genera dudas sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Cuando el déficit fiscal es elevado, se incrementa la necesidad de financiamiento externo, lo que presiona al tipo de cambio. En países como Brasil, episodios de déficit recurrente han estado asociados con periodos de alta inflación y depreciación monetaria.

La disciplina fiscal es un elemento clave para la estabilidad cambiaria. Un marco fiscal sólido contribuye a sostener la confianza de inversionistas y reducir la volatilidad del tipo de cambio.

Autonomía del Banco de México

Un aspecto positivo en el caso mexicano es la autonomía del Banco de México, que ha sido un ancla de estabilidad en momentos de incertidumbre. Su mandato de preservar el poder adquisitivo del peso le permite actuar con independencia del gobierno federal y tomar decisiones técnicas en materia de política monetaria.

Durante octubre, Banxico mantuvo su tasa de referencia sin cambios, argumentando que las presiones inflacionarias aún no estaban completamente controladas. Esta decisión fue bien recibida por el mercado, ya que refuerza la percepción de un banco central comprometido con la estabilidad monetaria.

La autonomía del banco central es un activo institucional que debe preservarse. Su capacidad para actuar con independencia es fundamental para sostener la confianza en el peso mexicano.

Impacto en el Sector Empresarial

La depreciación del peso tiene efectos directos sobre el sector empresarial. Para empresas importadoras, el encarecimiento de insumos afecta márgenes de rentabilidad. Por otro lado, las exportadoras se benefician al recibir más pesos por cada dólar exportado, mejorando su competitividad.

Un ejemplo claro es el del sector automotriz, donde empresas como General Motors y Volkswagen han incrementado sus ingresos en moneda local gracias al tipo de cambio. Sin embargo, aquellas con pasivos en dólares, como las aerolíneas, ven aumentar sus costos financieros.

La gestión del riesgo cambiario se vuelve crucial en estos escenarios. Herramientas como coberturas cambiarias y diversificación de proveedores son fundamentales para mitigar los efectos adversos.

Perspectivas del Peso Mexicano

A pesar de la depreciación registrada en octubre, el balance anual sigue siendo positivo. La apreciación acumulada del 11.52% refleja que los fundamentos económicos aún respaldan al peso. No obstante, la volatilidad global y los desafíos fiscales pueden revertir esta tendencia si no se implementan políticas prudentes.

Los analistas proyectan que, si la inflación se mantiene bajo control y la Fed inicia recortes en 2026, el peso podría estabilizarse e incluso retomar su senda de apreciación. Todo dependerá de la capacidad del gobierno mexicano para mantener la disciplina fiscal y fortalecer el marco institucional.

La estabilidad del peso es una señal indirecta de confianza en la economía. Mantenerla requiere coherencia en las políticas y resiliencia ante choques externos.

Recomendaciones para Inversionistas

En un contexto de alta volatilidad cambiaria, los inversionistas deben adoptar estrategias prudentes. Diversificar portafolios en diferentes monedas, considerar activos refugio y monitorear políticas monetarias son acciones clave. También es recomendable utilizar instrumentos derivados para cubrir riesgos de tipo de cambio.

Los inversionistas institucionales han comenzado a reequilibrar sus carteras, reduciendo exposición a monedas emergentes y aumentando posiciones en bonos del Tesoro estadounidense. Esta tendencia puede continuar si persiste la incertidumbre global.

La clave está en la anticipación. Comprender los factores que influyen en el tipo de cambio permite tomar decisiones más informadas y minimizar riesgos financieros.

Conclusión

La depreciación del peso mexicano en octubre de 2025 es el resultado de una compleja interacción entre factores externos e internos. Desde el resurgimiento de tensiones comerciales hasta los desafíos fiscales locales, cada elemento ha contribuido a este fenómeno. Sin embargo, la solidez institucional, especialmente la autonomía del Banco de México, ofrece un punto de apoyo para la estabilidad futura. Para empresas e inversionistas, la lección es clara: la vigilancia constante y la gestión activa del riesgo son imprescindibles en entornos financieros cambiantes.

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