Impacto Económico del Combate al Contrabando de Ganado en México

Impacto Económico del Combate al Contrabando de Ganado en México: cómo la lucha contra el tráfico ilegal está transformando el mercado cárnico, los precios y la sanidad animal.

Introducción

El combate al contrabando de ganado en México ha generado un remezón estructural en el sector cárnico nacional. La intervención del gobierno para frenar la entrada ilegal de bovinos desde Centroamérica ha producido consecuencias tanto positivas como desafiantes para la economía ganadera, el comercio internacional y el bolsillo del consumidor. En este artículo, exploramos en profundidad los efectos económicos, sanitarios y comerciales del endurecimiento de las políticas contra el contrabando, así como las oportunidades que emergen para el sector formalizado.

El contrabando de ganado: un problema estructural

Durante décadas, el contrabando de ganado ha sido una práctica común en la frontera sur de México. El ingreso ilegal de bovinos desde Guatemala, Honduras y El Salvador representaba aproximadamente el 15% del abasto nacional, generando una economía informal que movía más de $360 millones MXN anuales. Esta actividad no solo evadía controles fiscales, sino también sanitarios, lo que amplificaba los riesgos zoosanitarios para el país.

Un caso emblemático ocurrió en junio de 2025, cuando SENASICA y el SAT embargaron 231 cabezas de ganado en Chiapas. Aunque no se detectó el gusano barrenador del ganado (GBG), la operación reveló la ausencia total de documentos legales, lo cual evidenció la magnitud de la red de contrabando.

Este fenómeno generó distorsiones económicas significativas, al permitir la competencia desleal contra productores formales y debilitar los precios internos. Su erradicación plantea un nuevo escenario para el mercado ganadero mexicano.

Impacto inmediato en los precios de la carne

La consecuencia más visible de la reducción del contrabando ha sido el alza en los precios de la carne. Con menos bovinos ingresando ilegalmente, las engordas del centro y norte del país enfrentaron un desabasto que disparó los precios hasta un 55% en algunas regiones. El precio por kilo pasó de $58 MXN a $90 MXN en el norte, y a $72 MXN en el sureste.

Este aumento ha afectado directamente al consumidor final, pero también ha generado oportunidades para productores que operan dentro del marco legal. Empresas como SuKarne han tenido que replantear sus cadenas de suministro ante la escasez, considerando incluso importaciones legales desde EE.UU. o Centroamérica.

El alza de precios, aunque desafiante para el consumo, puede proporcionar márgenes más saludables para productores formales, incentivando la legalidad y la tecnificación del sector.

Dimensión sanitaria: el regreso del gusano barrenador

Uno de los riesgos más graves asociados al contrabando ha sido el resurgimiento del gusano barrenador del ganado (GBG), una plaga erradicada en México desde 2003. Su reaparición en noviembre de 2024, con más de 1,900 casos confirmados en siete estados, ha puesto en jaque la seguridad zoosanitaria del país.

El GBG causa heridas graves en los animales, reduce su valor comercial y puede llevar a la muerte si no se trata. Su presencia ha provocado cierres intermitentes de la frontera con EE.UU., afectando las exportaciones mexicanas de carne y ganado en pie.

Este episodio demuestra cómo las fallas en los controles fronterizos pueden tener impactos económicos y sanitarios multidimensionales, reforzando la necesidad de una trazabilidad estricta y controles fitosanitarios robustos.

La red del mercado negro: aretes falsificados y corrupción

El contrabando de ganado no fue solo una cuestión de movimiento físico de animales, sino también de documentación fraudulenta. Los aretes del Sistema Nacional de Identificación Individual de Ganado (SINIIGA), que deberían costar $50 MXN, eran vendidos en el mercado negro por hasta $700 MXN para “legalizar” ganado centroamericano.

Estas prácticas eran posibles gracias a una red de corrupción que involucraba técnicos sanitarios y puntos de emisión de aretes. La suspensión de estas ventanillas y la inhabilitación de funcionarios corruptos ha sido clave para frenar la legalización fraudulenta de animales infectados.

Este desmantelamiento institucional abre la puerta a un sistema más transparente y confiable, lo cual es esencial para recuperar la confianza de los socios comerciales internacionales.

Caída de exportaciones: un efecto colateral

Uno de los efectos más duros del brote del GBG ha sido el desplome de las exportaciones mexicanas de carne y ganado. Entre enero y mayo de 2025, las ventas externas cayeron un 60% interanual, representando una pérdida de $400 millones USD.

La principal razón fue el cierre fronterizo por parte de EE.UU., que no distingue entre zonas libres e infectadas, aplicando restricciones generales. Esto ha afectado especialmente a estados como Sonora y Chihuahua, tradicionalmente exportadores clave.

Esta situación destaca la importancia de implementar sistemas de regionalización sanitaria que permitan mantener las exportaciones desde zonas libres, incluso si hay brotes focalizados en otras regiones.

Inflación alimentaria y presión en la cadena de suministro

La menor disponibilidad de carne nacional ha provocado una presión inflacionaria en productos cárnicos. Según datos del primer semestre de 2025, los precios subieron 24% en el sureste, 38% en el centro y hasta 55% en el norte del país.

Este fenómeno ha afectado tanto a consumidores como a empresas procesadoras, que enfrentan costos más altos por el insumo base. En respuesta, algunas han optado por importar carne, lo que implica nuevos retos logísticos, arancelarios y sanitarios.

La inflación en alimentos básicos como la carne puede tener efectos secundarios en otros sectores, lo que refuerza la urgencia de estabilizar la cadena de suministro nacional.

Respuesta del sector ganadero: propuestas estructurales

La Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG) presentó un plan integral que aborda tanto los retos inmediatos como las acciones a largo plazo. Para la frontera sur, propusieron la instalación de rastros TIF para destruir aretes ilegales y evitar la movilización de ganado falsamente identificado.

En el norte, se busca habilitar infraestructura para doble inspección conjunta con EE.UU. (SENASICA-APHIS), lo cual garantizaría sanidad y trazabilidad desde origen. Además, se plantea una gestión por turnos para exportaciones, priorizando estados con mayor afectación.

Estas medidas buscan restaurar la confianza comercial y fortalecer el ecosistema ganadero formal, reduciendo la dependencia de prácticas ilegales.

Estrategias tecnológicas en la vigilancia sanitaria

La incorporación de tecnologías como drones, sensores remotos y plataformas de trazabilidad digital es una de las apuestas clave del nuevo enfoque sanitario. Estas herramientas permiten monitorear zonas críticas como Huejotzingo (Puebla), donde persisten mercados negros.

La digitalización del sistema de identificación ganadera no solo mejora la eficiencia, sino que también incrementa la transparencia. Permite, por ejemplo, rastrear un bovino desde su nacimiento hasta el punto de venta final.

La inversión en tecnología es una estrategia de alto retorno, ya que minimiza el riesgo sanitario y mejora la competitividad internacional del sector.

Iniciativas binacionales contra el GBG

En colaboración con EE.UU., México participa en la operación de plantas binacionales como la inaugurada en Edinburg, Texas, con una inversión de $51 millones USD. Estas instalaciones producen y dispersan moscas estériles, una técnica biológica efectiva para erradicar el GBG sin usar pesticidas.

Esta estrategia es parte de un enfoque integral para eliminar brotes en zonas como Veracruz, Oaxaca y el Bajío, lo que podría permitir la reapertura total de la frontera con EE.UU. hacia finales del tercer trimestre de 2025.

La cooperación técnica internacional refuerza la posición de México como un socio confiable en comercio agroalimentario.

El rol de las grandes empresas: SuKarne bajo presión

Empresas como SuKarne, uno de los líderes del sector cárnico en México, enfrentan una presión creciente para priorizar la compra de ganado nacional y no recurrir a importaciones de dudosa sanidad. La CNOG ha solicitado públicamente que se privilegie la producción interna.

Además, SuKarne y otros grandes jugadores podrían beneficiarse de alianzas con pequeños productores regionales, desarrollando programas de fomento ganadero que reduzcan la dependencia del contrabando.

El rol activo del sector privado será crucial para estabilizar el mercado y demostrar responsabilidad corporativa en momentos de crisis estructural.

Perspectivas futuras y oportunidades emergentes

Si bien la coyuntura actual representa una disrupción profunda, también abre oportunidades para reestructurar el sector ganadero mexicano. La formalización, tecnificación y regionalización son claves para enfrentar futuras crisis sanitarias o comerciales.

Además, la tendencia global hacia el consumo consciente y la trazabilidad puede beneficiar a los productores que adopten mejores prácticas. El mercado premium y las exportaciones a nichos especializados son una vía de crecimiento sostenible.

Con políticas adecuadas y colaboración público-privada, México puede convertir esta crisis en una palanca de transformación estructural del sector ganadero.

Conclusión

El combate al contrabando de ganado en México ha desencadenado una serie de transformaciones económicas, sanitarias y comerciales. Si bien los desafíos son significativos, también lo son las oportunidades para construir un mercado más justo, competitivo y sostenible. La clave estará en consolidar las reformas, avanzar en tecnologías de trazabilidad y fortalecer la cooperación binacional. Para empresarios, inversionistas y autoridades, este momento representa un punto de inflexión para redefinir el futuro del sector agropecuario mexicano.

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