Introducción
El mercado laboral formal en México atraviesa uno de sus momentos más complejos desde la crisis sanitaria global. Durante el segundo trimestre de 2025, la economía experimentó una contracción significativa en la generación de empleo formal, con más de 139,000 puestos perdidos en solo tres meses. Esta situación no solo refleja un enfriamiento en la actividad económica, sino también revela profundas vulnerabilidades estructurales que afectan tanto a empresas como a trabajadores. A pesar del incremento en el salario promedio, la precarización del empleo y la incertidumbre global plantean desafíos importantes para el desarrollo económico del país.
Este artículo presenta un análisis detallado de las causas, consecuencias y posibles estrategias para revertir esta tendencia. Exploraremos el comportamiento por sectores, el impacto regional, el rol de la informalidad y las políticas públicas necesarias para fomentar una recuperación sostenible. A través de un enfoque integral, buscamos proporcionar una visión clara sobre el panorama laboral actual y las oportunidades estratégicas para empresarios, inversionistas y responsables de políticas públicas.
Contracción del Empleo Formal en México
Durante el segundo trimestre de 2025, México registró una pérdida neta de 139,444 empleos formales, según datos del IMSS. Esta cifra es alarmante, ya que representa la peor racha trimestral desde la pandemia de COVID-19. En junio, se perdieron 46,378 empleos, siendo este el segundo peor junio desde 2015, solo superado por el impacto de la pandemia en 2020. Esta tendencia negativa pone en evidencia la fragilidad del mercado laboral mexicano frente a choques económicos y desequilibrios estructurales.
Un ejemplo concreto lo encontramos en el sector de la construcción, que reportó una contracción del 8.2% en el empleo formal respecto al año anterior. Esta caída se debe tanto a la finalización de grandes obras públicas como a la disminución de inversiones privadas en infraestructura. En contraste, el sector comercio mostró una leve expansión del 2.9%, reflejando cierta resiliencia en economías locales con mayor dinamismo.
La pérdida de empleos formales tiene implicaciones directas sobre el consumo interno y los ingresos fiscales. Además, debilita la base de seguridad social, aumentando el número de trabajadores sin protección laboral ni acceso a servicios médicos.
Impacto Sectorial: Desaceleración en Industrias Clave
Los sectores productivos no fueron afectados de manera homogénea. Mientras algunas industrias mostraron señales de recuperación, otras enfrentaron retrocesos severos. La industria extractiva, por ejemplo, redujo su plantilla laboral en un 4.6%, afectada por la baja en los precios internacionales de materias primas y la falta de nuevas inversiones.
En contraste, el sector eléctrico aumentó su empleo formal en un 1.5%, impulsado por proyectos de transición energética y expansión de redes de distribución. Este crecimiento, aunque modesto, demuestra que algunas industrias vinculadas a la sostenibilidad pueden ofrecer oportunidades de empleo incluso en contextos adversos.
La divergencia sectorial subraya la necesidad de una política industrial diferenciada, que identifique sectores estratégicos para el crecimiento y canalice recursos hacia su fortalecimiento.
El Rol de la Estacionalidad y Ciclos Económicos
Parte de la caída del empleo formal puede atribuirse a factores estacionales y a los ciclos industriales. Históricamente, los meses de abril a junio presentan una menor dinámica laboral debido al cierre de ciclos agrícolas y ajustes en sectores manufactureros. Sin embargo, la magnitud de la pérdida en 2025 superó ampliamente la estacionalidad esperada.
Por ejemplo, el empleo eventual cayó en 64,707 puestos en junio, lo que representa una señal clara de precarización laboral. Esta reducción refleja la vulnerabilidad de los contratos temporales frente a la volatilidad económica.
Si bien la estacionalidad explica parte del fenómeno, los datos sugieren que existe una desaceleración estructural que requiere medidas de política económica más profundas.
Inflación y Pérdida del Poder Adquisitivo
El salario promedio diario alcanzó en junio un máximo histórico de $628.8 pesos, con un crecimiento nominal del 7.5% anual. Sin embargo, este avance se ve diluido por una inflación anual del 4.51%, que supera el objetivo del Banco de México. Este desequilibrio reduce el poder adquisitivo de los trabajadores y limita el efecto positivo del aumento salarial.
Los productos de la canasta básica, como la carne de res, y servicios como el transporte aéreo, registraron alzas por encima del promedio. Esta situación afecta especialmente a los hogares de bajos ingresos, que destinan una mayor proporción de su gasto a bienes esenciales.
La combinación de salarios en ascenso nominal con inflación elevada genera una falsa percepción de mejora, cuando en realidad el ingreso real permanece estancado.
Informalidad Laboral: Un Problema Persistente
La tasa de desempleo en México se mantiene baja, con un 2.7% en mayo. Sin embargo, esta cifra oculta una realidad más compleja: el 55% de la fuerza laboral se encuentra en la informalidad. Esto implica que más de la mitad de los trabajadores carecen de prestaciones sociales, estabilidad laboral y acceso a instituciones de seguridad social.
Esta informalidad estructural limita la capacidad del Estado para recaudar impuestos y reduce la eficiencia de la economía. Además, genera una competencia desleal para las empresas formales, que deben asumir mayores costos laborales y fiscales.
Reducir la informalidad requiere políticas integrales de inclusión social, incentivos fiscales y programas de capacitación laboral adaptados a las necesidades del mercado.
Perspectivas de Inversión y Clima Empresarial
El entorno de negocios en México ha adoptado un tono conservador. Empresarios como Alberto Alesi de ManpowerGroup señalan que las expectativas de contratación para 2025 se ubican entre 100,000 y 150,000 nuevos empleos, el nivel más bajo en dos décadas. Esta perspectiva refleja una pérdida de confianza empresarial ante la incertidumbre regulatoria y económica.
Factores como la volatilidad del tipo de cambio, la incertidumbre comercial con Estados Unidos y la falta de incentivos fiscales han frenado las decisiones de inversión. Empresas en sectores industriales y manufactura están postergando proyectos hasta tener mayor claridad sobre las políticas públicas.
Sin una mejora en el clima de inversión, el mercado laboral difícilmente podrá recuperar el dinamismo necesario para sostener el crecimiento económico.
Desigualdad Regional y Retos Locales
La contracción del empleo no ha sido uniforme en todo el país. En junio, 17 estados registraron balances negativos, destacando Tabasco (-8.7%) y Campeche (-6.3%), regiones altamente dependientes de actividades extractivas y obra pública. Esta concentración de pérdidas refleja la falta de diversificación económica en ciertas zonas del país.
Por el contrario, algunas entidades con economías más abiertas y orientadas al comercio internacional, como Querétaro y Guanajuato, mostraron mayor estabilidad en el empleo formal. Esto sugiere que la resiliencia económica está estrechamente ligada a la estructura productiva regional.
Impulsar el desarrollo regional equilibrado es clave para una recuperación inclusiva y sostenible del mercado laboral.
La Dinámica del Subempleo
Más allá del desempleo abierto, el subempleo es una dimensión crítica del deterioro laboral. Muchos trabajadores ocupan empleos por debajo de sus capacidades o con jornadas reducidas involuntarias. Esta situación afecta la productividad general de la economía y limita el crecimiento del ingreso familiar.
Datos recientes indican que el subempleo afecta a más de 6 millones de personas en México. Esta cifra ha ido en aumento desde finales de 2024, en paralelo con la desaceleración económica y las restricciones presupuestarias en sectores públicos y privados.
Reducir el subempleo requiere mejorar la calidad del empleo, fomentar la reconversión laboral y promover la movilidad entre sectores.
Respuestas Empresariales y Adaptación
Frente a un entorno complejo, muchas empresas han adoptado estrategias defensivas: recortes de personal, automatización de procesos y racionalización de costos. Sin embargo, otras han optado por enfoques más proactivos, como la reorientación hacia mercados digitales o la diversificación de productos.
Un caso ilustrativo es el de cadenas de retail que han expandido sus canales de venta en línea, logrando sostener el empleo en ventas y logística. De igual forma, empresas tecnológicas han mantenido sus niveles de contratación gracias a la demanda continua de soluciones digitales.
La capacidad de adaptación empresarial será crucial para preservar el empleo y capturar nuevas oportunidades en sectores emergentes.
Políticas Públicas para la Reactivación
Frente a este panorama, es imprescindible una respuesta coordinada desde el sector público. Se proponen tres líneas de acción prioritarias: incentivos fiscales a sectores resilientes, acuerdos comerciales que reduzcan las barreras arancelarias y programas de formalización laboral para trabajadores independientes y domésticos.
Además, el gobierno debe acelerar la ejecución de proyectos de infraestructura estratégica y fomentar la inversión privada mediante certidumbre jurídica y regulatoria. La estabilidad macroeconómica, en conjunto con estímulos selectivos, puede restaurar la confianza empresarial.
Sin políticas activas, el mercado laboral podría continuar su deterioro, afectando el potencial de crecimiento económico del país.
Perspectivas Económicas para el Resto del Año
Las proyecciones económicas para el segundo semestre de 2025 son moderadas. Organismos internacionales estiman que el PIB de México crecerá por debajo del 1% si no se revierte la tendencia laboral actual. La recuperación dependerá en gran medida del comportamiento de la inversión, el consumo interno y el comercio exterior.
La estabilización de la inflación, una mejora en la confianza empresarial y la resolución de tensiones comerciales con Estados Unidos podrían actuar como catalizadores positivos. Sin embargo, el riesgo de estancamiento sigue presente si no se implementan reformas estructurales.
Los próximos meses serán clave para definir el rumbo del mercado laboral y el crecimiento económico de mediano plazo.
Conclusión
El mercado laboral formal mexicano enfrenta su mayor desafío desde la pandemia. La pérdida de empleos, el aumento de la informalidad y la precarización del trabajo reflejan tensiones estructurales que requieren respuestas estratégicas. Si bien algunos sectores muestran resiliencia, la mayoría enfrenta un entorno adverso marcado por la incertidumbre global y la falta de inversión.
Para revertir esta tendencia, es necesario un enfoque integral que combine políticas públicas eficaces, reformas estructurales y una mayor participación del sector privado. La recuperación del empleo formal no solo es un imperativo económico, sino también un pilar fundamental para el bienestar social y la estabilidad del país.
Ahora más que nunca, empresarios, gobiernos y trabajadores deben colaborar para construir un modelo de desarrollo más inclusivo y resiliente.