Remesas en México: impacto económico, riesgos y oportunidades para empresarios

Remesas en México: impacto económico, riesgos y oportunidades para empresarios. Analizamos cómo la caída de remesas afecta a la economía y cómo los negocios pueden adaptarse y aprovechar el entorno.

Introducción

Las remesas representan uno de los pilares más fundamentales en la economía mexicana, tanto por su volumen como por su impacto directo en millones de familias. En 2023, estas transferencias internacionales alcanzaron el 3.7% del Producto Interno Bruto (PIB), convirtiéndose no solo en fuente de ingreso familiar, sino también en motor de dinamismo regional. Sin embargo, la reciente caída del 5.5% en los primeros nueve meses de 2025 plantea desafíos y oportunidades que deben analizarse desde una perspectiva estratégica, especialmente para empresarios, inversionistas y actores del sistema financiero.

Este artículo ofrece un análisis detallado de las implicaciones económicas, sociales y de negocios que conlleva el comportamiento de las remesas en México. Exploraremos su rol en la reducción de la pobreza, sus efectos regionales, las oportunidades para el sistema financiero y los riesgos asociados a políticas migratorias. Además, destacamos sectores empresariales que pueden capitalizar estos flujos y brindamos recomendaciones accionables para distintos perfiles de negocio.

El papel de las remesas en la economía mexicana

Las remesas constituyen una de las principales fuentes de divisas para México, superando incluso a los ingresos por petróleo o turismo en algunos años. En 2023, el país recibió más de 60 mil millones de dólares en remesas, según cifras del Banco de México. Este ingreso ha sido crucial para regiones con altos niveles de pobreza, donde los envíos de dinero permiten acceso a alimentos, salud y educación.

Por ejemplo, en estados como Michoacán, Guerrero y Oaxaca, las remesas representan más del 10% del PIB estatal. En estas regiones, este dinero no solo cubre necesidades básicas, sino que también estimula el consumo local, beneficiando a pequeños comerciantes y emprendedores.

En resumen, las remesas no son solo ayuda familiar; son un eje económico que dinamiza comunidades enteras, mitiga la desigualdad y fortalece la economía desde la base social.

Impacto de la caída de remesas en 2025

Durante los primeros nueve meses de 2025, México registró una disminución del 5.5% en el flujo de remesas. Esta contracción, aunque moderada, representa un riesgo significativo para millones de familias que dependen de estos recursos como ingreso principal.

La caída puede atribuirse a diversos factores, incluyendo una desaceleración económica en Estados Unidos, endurecimiento de políticas migratorias y cambios en patrones de envío. Para estados como Zacatecas o Guanajuato, donde la dependencia de remesas es alta, esta reducción implica menor consumo, menor inversión en vivienda y un posible aumento en indicadores de pobreza.

Esta situación obliga a los actores económicos a replantear sus estrategias, particularmente aquellos orientados al mercado de bajos ingresos, que podría enfrentar una contracción de demanda en el corto plazo.

Reducción de la pobreza: un efecto visible de las remesas

Uno de los aportes más significativos de las remesas ha sido su impacto en la reducción de la pobreza multidimensional. Según estimaciones oficiales, más de 1.1 millones de mexicanos han salido de la pobreza gracias a los recursos enviados por familiares en el extranjero.

Por ejemplo, en Chiapas, uno de los estados con mayor marginación, las remesas han permitido a miles de familias acceder a servicios básicos, mejorar su alimentación y enviar a sus hijos a la escuela. Este efecto se traduce en mejores condiciones de desarrollo humano y mayor movilidad social.

La caída de remesas pone en riesgo estos logros, por lo que es crucial diseñar políticas públicas y estrategias empresariales que protejan estos avances y fomenten alternativas de ingreso sostenible.

Entidades con crecimiento en remesas: nuevas oportunidades

A pesar del descenso general, algunos estados han registrado un crecimiento en la recepción de remesas. Oaxaca, Puebla, Guerrero, Chiapas, Veracruz y Morelos destacan por su desempeño positivo, lo que representa una oportunidad estratégica para empresas y emprendedores locales.

En estas regiones, las remesas están impulsando el consumo, la inversión en mejoras de vivienda y la demanda de servicios financieros. Por ejemplo, en Oaxaca, se ha observado un auge de microempresas que atienden a familias receptoras de remesas, desde tiendas de abarrotes hasta servicios de construcción.

Este panorama sugiere que los empresarios en estas entidades deben enfocarse en identificar nichos de mercado vinculados al flujo de remesas, como educación privada, salud, tecnología y crédito al consumo.

El sistema financiero ante las remesas: desafíos y oportunidades

El canal tradicional para recibir remesas ha sido el sistema bancario, pero en los últimos años, las fintechs han ganado terreno. Empresas como Remitly, Wise o TransferWise han revolucionado el sector con soluciones rápidas y de bajo costo.

Este cambio representa una oportunidad para el sistema financiero mexicano, que puede desarrollar productos especializados para beneficiarios de remesas, como cuentas de ahorro, microcréditos o seguros personalizados. Sin embargo, también implica desafíos regulatorios, especialmente en cuanto a la prevención del lavado de dinero.

El crecimiento del sector fintech y su papel en el ecosistema de remesas requiere una regulación inteligente que fomente la innovación sin comprometer la seguridad financiera.

Políticas migratorias y su efecto en el flujo de remesas

Las remesas dependen directamente de la estabilidad laboral de los migrantes en Estados Unidos. Las políticas migratorias, especialmente durante administraciones restrictivas como la de Trump, han tenido efectos negativos en el envío de dinero hacia México.

Actualmente, la incertidumbre en torno a reformas migratorias y el endurecimiento de controles fronterizos podría afectar la capacidad de los migrantes para trabajar y enviar remesas. Esto representa un riesgo sistémico para regiones altamente dependientes de estos ingresos.

Las empresas que operan en estos mercados deben monitorear de cerca las decisiones políticas en EE.UU. y anticipar posibles efectos en la demanda local, especialmente en sectores como consumo masivo, construcción y servicios.

Remesas y emprendimiento local: casos de éxito

Las remesas no solo cubren necesidades básicas; también han sido clave para financiar pequeños emprendimientos. En estados como Puebla y Veracruz, muchas familias han invertido en negocios locales gracias al capital obtenido del exterior.

Por ejemplo, en Veracruz, una familia utilizó las remesas para abrir una panadería que hoy emplea a cinco personas. Este tipo de casos demuestra el potencial de las remesas como herramienta de desarrollo económico cuando se orientan hacia la inversión productiva.

Fomentar la educación financiera entre los beneficiarios de remesas podría multiplicar estos casos de éxito y generar un impacto positivo en las economías locales.

Oportunidades para el sector inmobiliario

Una parte importante de las remesas se destina a la construcción o mejora de vivienda. Este patrón de gasto ha generado un mercado atractivo para el sector inmobiliario y de materiales de construcción en zonas rurales y semiurbanas.

En Morelos, por ejemplo, el dinamismo inmobiliario en municipios como Cuautla y Yautepec ha estado impulsado por la inversión de remesas. Esto ha generado empleo y ha revalorizado predios que antes tenían bajo valor comercial.

Empresas constructoras, ferreterías y proveedores de materiales pueden capitalizar esta tendencia mediante el diseño de productos accesibles y sistemas de financiamiento flexibles adaptados a las necesidades de este segmento.

Educación financiera: clave para maximizar el impacto

Un reto persistente es el bajo nivel de educación financiera entre los receptores de remesas. Muchos hogares utilizan estos recursos únicamente para consumo inmediato, sin generar ahorro o inversión a largo plazo.

Programas de educación financiera impulsados por gobiernos locales, ONGs y bancos podrían mejorar la gestión de estos ingresos. Productos como cuentas de ahorro programado, seguros o fondos de inversión adaptados al perfil socioeconómico del beneficiario permitirían un uso más eficiente del dinero recibido.

Empoderar financieramente a los receptores de remesas no solo mejora su bienestar individual, sino que también fortalece la economía regional al generar ciclos virtuosos de inversión y consumo.

Remesas digitales: el futuro de las transferencias

La digitalización de las remesas ha transformado la manera en que las familias mexicanas reciben dinero del extranjero. Hoy, más del 40% de las remesas se canalizan a través de plataformas digitales y aplicaciones móviles.

Esta evolución ha reducido costos, acelerado los tiempos de recepción y abierto nuevas oportunidades para las fintechs. Empresas como Bitso incluso están explorando transferencias transfronterizas vía criptomonedas, lo que podría cambiar radicalmente el panorama en los próximos años.

La digitalización también permite una mejor trazabilidad de los fondos, lo que facilita la inclusión financiera y el diseño de productos personalizados para este segmento de usuarios.

Recomendaciones estratégicas para empresarios e inversionistas

Ante el nuevo contexto, los empresarios deben adoptar estrategias adaptativas. Aquellos con operaciones en estados donde han crecido las remesas deben identificar productos o servicios alineados al consumo familiar, como salud, educación, mejoras del hogar y tecnología.

Inversionistas en el sistema financiero deben monitorear la evolución regulatoria de las fintechs y explorar alianzas estratégicas que les permitan capturar este mercado en expansión. Además, los empresarios en EE.UU. con vínculos con comunidades migrantes deben considerar los efectos que las políticas migratorias tendrán en sus cadenas de valor.

Una planificación estratégica basada en datos, segmentación geográfica y tendencias tecnológicas será clave para transformar el reto de la caída de remesas en una oportunidad de innovación y crecimiento sostenible.

Conclusión

Las remesas continúan siendo una herramienta poderosa para el bienestar social y el desarrollo económico en México. Aunque su caída en 2025 representa un desafío, también abre posibilidades de innovación, inclusión financiera y desarrollo empresarial en regiones receptoras. Con estrategias adecuadas, los actores económicos pueden adaptarse a este entorno cambiante, capitalizar oportunidades y contribuir a una economía más resiliente y equitativa.

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