Introducción
La reciente apreciación del peso mexicano frente a una ola de proteccionismo global ha captado la atención de inversionistas, analistas y responsables de políticas económicas. A pesar del endurecimiento arancelario promovido por la administración estadounidense, el peso demostró una resiliencia notable. Este fenómeno no es casualidad: responde a una sólida estructura macroeconómica, decisiones estratégicas de política monetaria y una integración comercial inteligentemente diversificada. En este análisis exploramos las razones detrás de esta estabilidad, sus implicaciones para los mercados emergentes y las oportunidades que se abren para empresas e inversionistas en un entorno global volátil.
El retorno del proteccionismo y su impacto en los mercados
La reactivación de políticas proteccionistas por parte del gobierno de Estados Unidos, bajo el lema renovado de «America First», ha tenido un efecto inmediato en los mercados globales. El anuncio de un arancel base del 10% para todas las importaciones y tarifas personalizadas para 65 países generó incertidumbre y presiones en las monedas emergentes. Este tipo de medidas suelen provocar salidas de capital de economías en desarrollo y reorientación hacia activos refugio.
Un caso llamativo es la depreciación del yuan chino y del real brasileño, que perdieron 1.4% y 0.9% respectivamente en la semana del anuncio. En contraste, el peso mexicano logró una apreciación del 0.66%, destacándose como una de las pocas monedas emergentes con desempeño positivo.
Este contraste refuerza la importancia de los fundamentos económicos locales frente a shocks globales. La resiliencia del peso mexicano no fue una coincidencia, sino resultado de decisiones estructurales y estratégicas.
La exclusión mexicana de los nuevos aranceles
Uno de los factores clave que explican la estabilidad del peso fue la exclusión de México de los nuevos aranceles generalizados de EE.UU. Esta decisión no solo fue económica, sino también geopolítica. México, como socio estratégico bajo el T-MEC, representa el 14% de las importaciones manufactureras estadounidenses, y su cooperación en temas migratorios y de seguridad fue determinante.
Mientras que países como China enfrentaron tarifas del 34%, México mantuvo sus aranceles sectoriales previos en acero, aluminio y automotriz. Esta diferenciación fue percibida positivamente por los mercados, lo que se tradujo en flujos de capital hacia activos mexicanos.
La exclusión arancelaria posiciona a México como un proveedor confiable en un contexto de disrupción comercial global, reforzando su atractivo para manufactura y nearshoring.
Reacción del mercado cambiario: volatilidad y corrección
Previo al anuncio de los aranceles, el tipo de cambio del peso frente al dólar mostró alta volatilidad, con una depreciación temporal de 0.51% y un mínimo intradía de 20.45 MXN/USD. Esta reacción se debió a una combinación de aversión global al riesgo y especulación local ante posibles represalias.
No obstante, una vez confirmada la exclusión de México, el peso revirtió la tendencia y cerró la semana con una apreciación del 0.66%. Este cambio se vio potenciado por entradas de capital internacional, en particular hacia instrumentos de deuda mexicana, y una comparación favorable frente a otras monedas emergentes.
La rápida recuperación del peso es un indicio de que los mercados valoran la claridad en las políticas comerciales y la estabilidad macroeconómica.
La política monetaria como ancla de estabilidad
Uno de los principales pilares detrás de la fortaleza del peso ha sido la política monetaria conservadora del Banco de México. Con una tasa de referencia de 9.75% y una inflación anual del 4.1%, el país ofrece uno de los diferenciales reales más atractivos entre economías emergentes.
Este entorno de tasas reales positivas ha incentivado inversiones en instrumentos como los Cetes y los Udibonos, atrayendo tanto capital extranjero como doméstico. La credibilidad de Banxico como institución autónoma ha sido clave para mantener expectativas inflacionarias ancladas y evitar devaluaciones abruptas.
La estabilidad monetaria ha funcionado como escudo ante la incertidumbre global, reforzando la confianza en el peso mexicano.
Fortaleza fiscal y reservas internacionales
México ha logrado avances significativos en materia fiscal. En el primer trimestre de 2025 se registró un superávit primario del 1.2% del PIB, resultado de una mayor eficiencia recaudatoria y contención del gasto. Esto le da margen al gobierno para implementar políticas contracíclicas si las condiciones globales se deterioran.
Además, las reservas internacionales se mantienen estables en USD $215 mil millones, equivalentes al 18% del PIB. Este nivel de reservas permite amortiguar choques externos sin recurrir a financiamiento de emergencia o devaluaciones forzadas.
La combinación de prudencia fiscal y colchón de reservas refuerza la percepción de solvencia y estabilidad macroeconómica del país.
Diversificación comercial y cadenas de valor
En la última década, México ha trabajado activamente en diversificar sus destinos de exportación. Aunque EE.UU. sigue siendo su principal socio, los tratados con la Unión Europea y el CPTPP han reducido su dependencia al 78% del total exportado.
Las exportaciones manufactureras, especialmente de equipo médico y componentes eléctricos, crecieron 8% interanual, consolidando al país como nodo clave en cadenas de suministro globales. Empresas como Bosch, Siemens y Medtronic han expandido operaciones en México ante la búsqueda de producción más cercana y estable.
Esta estrategia de diversificación comercial ha sido fundamental para mitigar los riesgos asociados al proteccionismo y aprovechar las oportunidades del nearshoring.
Riesgos estructurales y vulnerabilidades latentes
A pesar del buen desempeño reciente, la economía mexicana no está exenta de riesgos. La alta concentración exportadora hacia EE.UU. sigue siendo una vulnerabilidad en caso de un cambio abrupto en la política comercial estadounidense.
Además, la inversión pública en infraestructura sigue siendo baja, lo que limita la capacidad productiva de largo plazo. La informalidad laboral, que afecta al 55% de la población económicamente activa, también representa un obstáculo para una modernización completa del sistema económico.
Abordar estos desafíos estructurales será clave para consolidar la resiliencia económica más allá del corto plazo.
Perspectivas del tipo de cambio: escenarios posibles
Las proyecciones de tipo de cambio para el segundo semestre de 2025 consideran tres escenarios. En el escenario base, el peso se mantendría en un rango entre 19.80 y 20.50 MXN/USD, si Banxico mantiene su tasa actual y no hay deterioro externo significativo.
En un escenario negativo, marcado por una escalada en la guerra comercial entre EE.UU. y China, la apreciación del dólar podría llevar al peso a niveles de 21.00. Por otro lado, una resolución diplomática temprana podría impulsar al peso a niveles de 19.50, como antes del regreso de Trump.
Estas proyecciones refuerzan la necesidad de estrategias flexibles de cobertura y diversificación financiera para empresas e inversionistas.
Recomendaciones para actores económicos
Para exportadores, se recomienda utilizar contratos forward a más de tres meses para cubrirse ante posibles picos de volatilidad cambiaria, especialmente en el contexto electoral estadounidense. Para importadores, los niveles actuales del peso ofrecen una oportunidad para asegurar precios competitivos.
En cuanto a inversionistas, los bonos indexados a inflación como los Udibonos ofrecen una relación riesgo-rendimiento atractiva. También se sugiere sobreponderar emisiones corporativas mexicanas en pesos, dada la estabilidad del tipo de cambio y el diferencial de tasas.
La gestión activa del riesgo financiero se vuelve fundamental en este entorno de elevada incertidumbre global.
Lecciones para economías emergentes
El caso mexicano ofrece múltiples aprendizajes para otras economías emergentes. Primero, la diversificación comercial reduce la exposición a shocks geopolíticos. Segundo, la disciplina fiscal permite responder con flexibilidad ante crisis externas. Tercero, la autonomía del banco central es esencial para preservar la confianza de los mercados.
Países como Perú y Vietnam han comenzado a replicar estrategias similares, firmando nuevos tratados comerciales y reforzando sus reservas internacionales. Esto genera un nuevo paradigma de gestión económica en el sur global.
La experiencia mexicana en 2025 demuestra que las políticas prudentes pueden amortiguar incluso las turbulencias más severas del sistema internacional.
Conclusión
La resiliencia del peso mexicano en medio de la tormenta arancelaria es un testimonio del valor de la estabilidad macroeconómica, la integración comercial estratégica y la credibilidad institucional. A medida que el mundo se enfrenta a nuevas formas de proteccionismo y fragmentación económica, México emerge como un ejemplo de cómo navegar estos desafíos con inteligencia y previsión.
Para empresarios, financieros e inversionistas, este contexto representa tanto una advertencia como una oportunidad. La clave está en adaptar estrategias, diversificar riesgos y capitalizar las fortalezas estructurales. En tiempos de incertidumbre, la planificación informada y la acción prudente son las mejores herramientas para asegurar el crecimiento sostenible.